martes, 10 de julio de 2012

En tu pueblo



Ayer estuve en tu pueblo.
Voy muchas veces, menos de las que desearía.
Quería explotar en comentarios, contarte como me va, a quién he conocido o cual es mi rumbo. Necesitaba tu guia, tus palabras siempre optimistas y fuertes. Necesitaba que le dieras forma  a mis sentimientos y compartiéramos juntas el sabor de nuestra cerveza y nuestra confidencialidad.
Sin embargo, una vez más, la amistad me robó mi tiempo. Cosas curiosa el sentir por lo demás. Te apartas, te anulas y brillas sin brillar.
Iré otro día a buscarte y espero, entonces, poder regalarte un bello relato de secretos y experiencias.
Mil gracias, sé que estás ahí.

viernes, 6 de julio de 2012



Su dolor era
la pérdida de la esperanza,
cielo que se derrumba
irrealidad que se desbarata.
Su cuerpo se teñía de nostalgia,
un desacierto, la duda,
la quimera que ya no resalta.
Su dolor era fingir
lo que no sentía ,
lo que no quería
que se notara,
que de ilusión
el iris se le agrandaba.
Su dolor era
creer que se compartía
cuando las noches se hacían
largas, tras confesiones
profundas , las de él,
las que a mí callaba.
Y se dio cuenta,
perra fortuna
que azul el cielo no era,
y que el agua sabía amarga;
y de ahí su dolor sintiera
una lágrima
que cayera mientras sus labios
mojaba

domingo, 1 de julio de 2012

Síndrome de Culebra Negra



De pequeña, tendría yo 11 años apróximadamente, mi hermana, mayor que yo tres años, poseía una culebra negra que a mi me apasionaba.
Parece que la estoy viendo ahora mismo. Era de plástico negro con la barriga blanca. De unos 40 cm de larga y  forma ondulada.
Mi hermana jamás le prestó la mayor atención, ni siquiera sé como la consiguió, pero no aceptaba regalármela. Después de mucho tiempo, quizás hable de meses o años, la conseguí.

No recuerdo cuál fue el trato pero seguro, a ojos de cualquiera, salí perdiendo.
Me daba igual, solo quería tener y cuidar la culebra negra.

Recuerdo como, estando en su cuarto, la sacó de un cajón y me la dío. La besé bajo la mirada de aspaviento de mi fría hermana.
Por fin estábamos juntas para siempre.

Estaba muy sucia, como ella no se merecía, así que lo primero un buen baño.
Fuimos al cuarto de baño y en el lavabo la dejé impecable. Estaba feliz, tenía la culebra y ya estaba limpita.
Quité el tápón y la culebra se fue por el desagüe.

Recuerdo que ni lloré.
Me quedé un buen rato sentada en el water sin ni siquiera quejarme.
La sensación es indescriptible.

Esta sensación la he vuelto a tener varias veces pero ahora con personas.
Quieres a alguien, le entragas tu vida, tu tesoro, tus miedos y recuerdos pero, al quitar el tapón, se van y ya está.

Mi culebra no tenía corazón ni razón, se fue limpia. Espero a besarme para irse.
Las personas aparentan querer aunque yo llego a pensar que realmente son de plástico negro.