El verano pasado, una persona con la única pretensión de hacerme daño, me dijo que mis miedos no tenía valor puesto que yo los sentía hasta por "un vaso de agua".
Tampoco me hizo un gran destrozo emocional pero reconozco que no fueron cosquillitas precisamente lo que sentí.
Sin embargo,7 u 8 meses después, valoro esas palabras en todas su intensidad, por su veracidad.
A lo largo de toda mi vida, he ido acumulando asuntos sin resolver.
Diógenes de los recuerdos.
Así que, cualquier situación nueva que me evoque a estos recuerdos me hace sentir la suma del dolor producido por el hecho en antaño más el miedo que por sí cree esta nueva situación.
A veces solo son los pensamientos pasado pues la realidad actual es un simple vaso de agua, pero, en otras, como en este fin de semana en concreto, vivo en presente un marco de incidentes palpables a los ojos de los demás humanos que conmigo conviven.
Es decir, que lo que yo he visto lo han visto todos.
Si, asumo sentir miedo por un vaso de agua, sobretodo si ese vaso de agua no es simplemente para beberlo.
!Qué Dios me ayude!
3 comentarios:
"...con la única pretensión de hacerme daño..."
¿Como puedes afirmar algo así? ¿Como podemos saber las intenciones de los demás?
¿Era alguien que te trató mal de manera continua? porque sólo en ese caso podrías haber llegado a semejante conclusión.
¿Era alguien que te trató bien de manera continua? Porque en ese caso bien pudo ser una frase desafortunada, como tantas que decimos. ¿A ti no te pasa?
En cuanto a tu miedo, pues lo siento mucho y espero que venzas a diógenes.
Gracias por comentar.
Efectivamente nunca sabemos las intenciones reales de los otros, Estoy de acuerdo (a veces nos las sabemos ni nosotros mismos).
Este suceso pasó hace casi un año, y, aunque aquí solo relate una frase, fueron una cadena de situaciones muy desafortunadas que algún día narraré.
Saber si alguien trato mal o bien a una persona es un hecho muy difícil porque las conductas palpables al ojo humano pueden despistar e incluso enmascarar el verdadero sentimiento que en ellas habita.
No me atrevo a pronunciarme si fue buen trato o mal trato, me apoyo en las palabras de los otros y te aseguro que hacer daño NUNCA es una buena forma de querer.
Anónimo. Me dejastes pensando en tu comentario. Llevas razón, decir una frase aislada, sacada de su entorno, puede ser cruel para el lector.
Dentro de su contexto "Tienes miedo hasta de un vaso de agua" fueron las palabras que más suaves pudieron sonar. El contenido de aquella conversación escrita estaba bien cargado de odio, deseo de hacer daño y hasta blasfemias. Por eso afirmo, con todas las letras, que su pretensión era hacer daño y, a viendo por donde ha tirado esta historia, te aseguro que daño ha habido muchísimo.
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