Ni la listeza de la mayor ni la gracia del pequeño. En medio, simplemente en medio.
Bueno, cuando nací evidentemente no estaba en medio. Era la hermana gordita y buena de la primera hija, primera nieta primera en todo.
Durante dos años permanecimos en Málaga mi ciudad natal y nos mudamos dos veces de casa. Aquí ya se veía algo de lo que sería mi vida en el futuro pues la casa que me acogió tras mi llegada a este mundo fue derrumbada posteriormente ante la caída inmediata de dichos edificios por su mala construcción. Todo apuntaba ya a mi gran fuerza de ir tirando abajo todo que me rodeaba.
De este maravilloso y efímero lugar nos fuimos a un chalet precioso (Que digo yo que era precioso pues solo lo he visto en fotos y por las referencias que mi madre me hizo a lo largo de su vida). Este chalet se llamaba "Ilusión 25" pues era la ilusión más grande de mi madre cuando lo compraron. Otra muestra de la vida, en este caso de mis padres. Siempre actuaron por ilusiones.
De esta etapa no tengo recuerdos ni del primer año que llegamos a Madrid.
El primer recuerdo que creo tener es el nacimiento de mi hermano. Recuerdo la habitación, la posición de la cuna y a mi madre desnudando al pequeño para que le viésemos "el lápiz y la goma" según palabras de mi hermana 3 años mayor que yo.
En este momento ya vivíamos en "El barrio del Pilar" donde permanecimos hasta volver 9 años después a Málaga.
Podría decirse que esta etapa de mi vida fue mi única "de niña".
Guardo unos preciosos recuerdos del colegio "La Asunción" donde se me cayó un diente y la señorita me regaló una caja con unas pastillas de jabón "Heno de Pravia".
Ahora que lo escribo veo que aquí ya era yo una niña "rara". No jugaba con nadie en el recreo. Recuerdo que era eterno este tiempo y que deseaba no salir para no sufrir el encuentro con mi soledad.
La verdad es que fui una niña muy sosa pues todos los juegos me parecía de alto riesgo y nunca pude irme con mi hermana porque ella era una gran seductora, alegre y dicharachera a la que la presencia de una hermana menor le parecía la muerte a pellizcos.
Aquí estuve poco porque enseguida abrieron el colegio "Villar Palasir" y entramos mi hermana y yo.
La operación fue más larga pues a mí me tocó un colegio mucho más alejado, yo siempre incordiando, y mi madre tuvo que negociar varios días hasta conseguir unirnos en el de mi hermana que estaba más cerca de casa.
Siempre, en aquella época, pensé que hubiese sido mejor colegios separados.
Ahora que soy docente estoy segurísima que hubiese sido mejor.
Fdo: Antevasin
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