Se confunden los términos.
A diario veo como recurrimos a cualquier arma para poder cubrir mi imagen de persona perfecta.
Nada es perfecto aquí en la tierra. Crecemos día a día buscando dicha perfección, creciendo en la linea de lo ideal para llegar a ser aquello que nos gustaría ser porque pensamos que es lo mejor.
Aún así, hay quién vive en la idea del momentos. "Ahora tengo que ser la amiga afectiva, la trabajadora nata o la esposa que todos quisieran" desgastándose tanto en estos menesteres que dejan de apreciar la belleza que supone ver alguien luchar por conseguir sus metas.
En el ejemplo de un bebé lo vemos claro: El primer día que consigue ponerse de pie agarradito a la mesa es para nosotros de igual magnitud que si hubiese surcado los mares en un flotador de pato.
Difrutemos el crecimiento. Vivamos con la idea de adonde queremos llegar, no con la sensación de haber llegado ya.
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