miércoles, 12 de octubre de 2011

"La prueba"




Me levanté distinta.
Una felicidad envolvente brillaba en mis ojos.
Anuncio de un día especial como así fue.
Noticias, visitas, momentos.... todo iba sobre ruedas.

Quedaba muy poco para el final de mi jornada laboral cuando escuché, en medio de un jaleillo infantil:
- "Te he traído un regalo. Estoy seguro de que te va a a encantar. Es como un caramelo"
Me volví, y tenía en su manita un dulce de  Navidad que me ofrecía como un gran tesoro.

Lo era. Era el regalo más tierno y cariñoso que nunca me había hecho.
Me miraba con una carita de amor, unas manitas sucias y aun torpecillas y unos ojos brillantes por su entrega que me emocioné hasta el punto de tener que contener las lágrimas.

Por si era poco me dijo:
-"Es que yo sé que a ti te encanta la Navidad"
Posiblemente lo haya dicho pero no lo recuerdo. Lo que está bien claro es que lo he trasmitido, por lo menos a él.

Me lo comí a su lado mientras hablaba con el Señor para que me enseñara a amar con la fuerza y la entrega que aquel niño lo había hecho en ese momento.

Ayer, oficialmente en mí, empezó la Navidad, es decir, nació el Niño Jesús de nuevo en mi corazón.

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