lunes, 22 de agosto de 2011

Efímera felicidad




Era la más feliz. Disfrutaba del sol y de la luna. Las estrellas y las nubes. Disfrutaba de la lluvia que acarició levemente nuestro jardín.
Sin límites, de aquí allí sin pedir permiso.

Vimos mariposas blancas, hormiguitas de distintos tamaños, hojas sueltas que guardamos como tesoros.

Eran nuestros quince días.

Nunca imaginamos tanta relajación. Nadie nos gritaba y mostraba sus cuerpos sin lineas semidesnudos al sol.

Tanta felicidad no podía ser verdad.

Y no era......... Solo una semana mal contada y de regreso. Un colchón traicionero nos jugó malas pasadas a los demás.

El dolor cuándo es por dentro es más fuerte.

Se me acabó la felicidad, la libertad.

De nuevo me recluyo a ver como otros disfrutan mis propiedades.

¿Durará mucho mi agonía?



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