martes, 29 de noviembre de 2011




Estaba todo perdido.
Tantos y tantos intentos todos ellos rechazados. La abandonaba, bajo excusas absurdas cerraba la puerta, esta vez, para siempre.

Quedó rota.
Poseído el pensamiento, incapaz de controlar la vista o el oído, sentía su presencia casi real.
Lloró hasta dormirse
Negó a sus sentidos la capacidad de expresarse. Dejó de tener hambre, frío o calor.
La fue destruyendo en su huida dejando de ella migajas de mujer.



Una llamada inesperada apenas captó su atención. !Quién podría imaginar que después de tanto tiempo pudiera sonar aquella voz!

Ahora quería hablar y aclarar. Ahora, retomada las riendas del cuerpo y del alma, pedía formar parte de esta nueva escena.
Acabados los reproches, las iras y aquella lluvia de motivos que le hicieron desaparecer aniquilando cualquier mata del camino.

Ahora, que iniciaba su vida con traje de gala y chal de ternura.

Solo una llamada le bastó.

Volvieron, y se amaron para siempre (aunque aún es pronto para saberlo)

Cuando el amor nace desde el centro del corazón se perdona todo.



No hay comentarios: