Hacerse mayor

Hacerse mayor es muy interesante aunque a veces nos juegue malas pasadas.

Este verano decidí firmemente dar este gran paso. Abandoné la juventud y me hice mayor.

Así podría defender temas sin una base sólida delante de los demás, podría tener manchitas en la piel y si se me olvidaba alguna cita o que cosas debía comprar en el supermercado eran "cosas de la edad".

Estoy resumiendo porque hay miles de maravillosos detalles gracias a esta toma de decisión.

Cambié mi forma de vestir abandonando las tiendas de "crías" con camisetas a 6 Euros.

y..... como no....... me puse unas gafas espectaculares para leer. IMPORTANTÍSIMO.

Acostumbrarme a no levantar la cabeza cuando estaba leyendo y mirar a lo lejos para evitar un mareo alucinante es todo un reto que aún no llevo bien. Más si tenemos en cuenta que asisto a clases donde hay que mirar la pizarra y escribir al mismo tiempo.

Me siento tan biennnnnnnnn.

Todo tiene su puntos buenos y malos.

Hacerse mayor conlleva llevarte unos sustos impresionantes que, además, no puedes manifestar porque esa actitud  es de inmadurez.

El otro día cuando más ensimismada estaba en la lectura de mi libro paso entre mi cara con gafas y las páginas de mi lectura un simple mosquito primaveral.

Hasta aquí todo muy normal pero deja de serlo cuando llevas las gafas puesta.... de aumento. El mosquito era un Arqueopterix .

Di tal salto en la silla, sin broma alguna, que deje caer el libro perdiendo la señal por donde estaba leyendo. A la vez, por lo absurdo de la situación, me vi envuelta en un ataque de risa descontrolada, con las gafas puestas (de ahí la borrachera) buscando desesperadamente el matamosquitos y sin tener muy claro que fuese un insecto o un dinosaurio  que no sabia que debía haberse extinguido.